lunes, 17 de noviembre de 2008

Lunes...

La vida es una sucesión cíclica de lunes, cada vez lo tengo más claro.

Da igual en qué día de la semana te encuentres, o que haya puente, o vacaciones, o tengas que currar como el que más. Todos pasarán volando y, cuando te des cuenta... VOLVERÁ A SER LUNES!

Cómo puede ser posible!? Todo es una sucesión de días borrosos y... Lunes! Toda mi vida está llena de cosas... y Lunes! Todo se reume a lo que ocurre... los Lunes! Los fines de semana pasan y de repente... ya es Lunes! No hay más días... solo Lunes!

¿¡Por quéeeeeeeeeeeee!?


Ahora voy a expresar la cena de Santa Cecilia en unas cuantas frases aleatorias, pero ordenadas cronológicamente:
- ¡Dios Pablo! ¡Dios Tomás! ¡Pero qué polvazo tenéis los dos!
- Todas las chicas enseñando pierna.
- Molina no se quita los vaqueros.
- Problemas con la sangría... "Eh! Que ya tengo 21! Quieres ver mi DNI?".
- Conga gigante.
- "¡Hola! Cacique con cola" "Me enseñas otra vez el DNI?"
- Charlas en la puerta.
- Camarero ligón...
- Aida y yo no tenemos con quién irnos al centro. Egido&Señora nos llevan gentilmente. Molina se viene con nosotras.
- Vaya pelotazo.
- "Molina, cógeme del brazo que en estas condiciones no llego al Puerto"
- "Aida, cógeme también del brazo que yo tampoco llego al Puerto"
- Foto del trío.
- Beso tierno con Aida.
- Vacío mental de una hora.
- Pablo está celoso porque le quité al ligue... no, no era una mujer.
- "Pero a tí no te molaba (nombre masculino)" "Bueno, pues si viene lo apaño"
- Una rosa.
- Agobio en el puerto... vaya tela.
- Gente que desaparece.
- Conversaciones a la intemperie... mmhh... interesante.
- ¡Un gorro!
- Miles de fotos.
- Venid aquí que os voy a comer el pipirrín... a las tres!
- Robo de taburetes, papeleras como bolos y contenedores volcados.
- Miedo.
- Risas, risas y más risas.
- Puerta de un after a las 7.30.
- Por fin en casa...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Adolescencia y Juventud?

El viernes pasado, en una de las clases de dirección y análisis a las que me he apuntado (como si no llevara ya pocas cosas, encima dos más, para completar horario, más que nada) el director me dijo algo que me llegó al corazón... dícese así:

"Claro, es que Ana ya superó la adolescencia hace tiempo..."

El impacto fue bastante grande. Ya no soy adolescente? Eso en qué me convierte? En una enferma con una extraña mutación genética degenerativa que empeora (y envejece)?

Creo que no puedo describir con palabras la impresión que me causó que me dijera eso. Ya no soy adolescente, ya lo he superado, y además hace bastantes años. Simplemente, nunca se me había planteado el caso de pensar que ya no lo fuera.

Según los ingleses a partir de los 19 (nineteen: teen=adolescente, creo) cada uno se busca su vida como quiere. A partir de los "twenty" pasas a ser... cómo llamarlo?... joven?

Ahora he entrado en una fase oscura de la vida. No eres mayor, pero tampoco eres adolescente. Es esa extraña fase intermedia en la que te dicen que eres, simplemente, joven. "Joven", como si antes no lo hubiera sido, o como si un señor de 90 años no le dijera a otro de 60 joven. Es tan difuso, tan incompleto, tan circunstancial... algo así como para salir del paso.

Tal vez en todo este rollo ya haya llegado la época de disfrutar. Uno espera salir de la adolescencia a pasos agigantados, buscando más autonomía, más libertad (el factor dinero influye...) y a mí por fin me ha llegado.

Tomarse la vida con calma, disfrutar cada momento, no buscar complicaciones, utilizar la cabeza por fin, estudiar todo lo que quiero (o no hacerlo), viajar, ser independiente...

Sí, esa estúpida frase sobre el fin de mis tiempos mozos me ha provocado un largo fin de semana de reflexión... en fin, nunca me había planteado que ya soy "joven".

aNa

sábado, 8 de noviembre de 2008

Budismo y tal

El otro día, en una apasionante clase de Historia del Arte, a la profesora le dió por explicarnos la mitad de la filosofía budista.

Todo tiene una explicación: buscábamos entender el sentido de las estatuas de los Budas (esos hombrecillos con moñente, sentados sobre una flor de loto, con una sonrisa tranquila y los ojos medio cerrados... sí, como hippies fumados... básicamente), cuando de repente salieron a relucir ciertos dichos budistas que nos sirvieron para reflexionar sobre si el budismo puede ser considerado como religión o filosofía.

Dentro de la visión monoteísta que compartimos los países occidentales, el Budismo es considerado como filosofía (yo también me incluyo en ese grupo), y pueden decir con orgullo que es la filosofía de los "noteístas": niega por completo la existencia de un dios creador.
En cierto modo, para todas aquellas personas que a veces no creemos ni lo que nos cuentan en la tele, es una escapada para alcanzar "la felicidad", para buscar el "camino de la rectitud", tal y como haría una religión, pero sin la necesidad de creer sin ver.

Basado en conceptos como el cambio constante del mundo, el materialismo, la meditación... busca la transformación del ser humano en un ser feliz a través de la mente. Busca la creación de estados mentales positivos, como calma, concentración, conciencia... así como emociones de felicidad, amistad... Busca también el desarrollo integral del ser humano en los planos espiritual, emocional, intelectual y cultural.

Así pues, nos encontramos ante una religión que niega a dios y confía únicamente en la capacidad del ser humano para encontrarse a sí mismo, para ser feliz... Cuánto menos interesante, no? Nunca está de más ser feliz, y si te pueden dar un camino ya marcado para conseguirlo... por qué no aceptarlo?

Me despido con una frase que nos leyó la profesora... "no sigas las huellas de los antiguos... busca lo que ellos buscaron". Quien quiera interpretar, que interprete. Pondré el significado en posteriores actualizaciones.


aNa


PD/Ni soy budista, ni quiero serlo, pero no por ello me ha parecido menos interesante.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Sobre inspiración

Sinceramente, hoy no sabía qué escribir.

He tenido un día monótono (por la noche muchas risas con Rafa, Lucía y Aida, hoy no me he conseguido levantar para ir a clase a las 6.30, llevo estudiando Bases Pedagógicas, todavía, desde las 14.00 en la biblioteca, he recogido un oboe recién reparado que no funciona y, para colmo, esta noche me he ido a la banda a estudiar...).

Así que, como mi inspiración está bajo mínimos, voy a dejar un poema del escritor romántico Gustavo Adolfo Bécquer. Sus Rimas fueron el primer libro de poemas que conseguí leerme, allá por aquellos lejanos años de mi niñez, y me gustaron bastante para lo poco atractiva que me parecía la poesía.


Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay! pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: «¡Levántate y anda!».


En fin, alegoría a la inspiración.


Hoy me han dicho, así, como comentario, que mi adolescencia ha quedado atrás... cosa que ni siquiera me había planteado... Hablaré de esto mañana.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Todo lo que ocurre

Mientras hoy subía hacia mi casa andando desde el centro, donde gentilmente mi amiga María, alias Paca, ha tenido la caridad de dejarme, y la inconfundible 9ª sinfonía de Beethoven sonaba en mis auriculares, he pensado. Pero no ha sido un fugaz pensamiento sobre algún tema concreto, no... se puede decir que... he filosofado.

Al contrario de lo que muchos pensarán no era sobre Schopenhauer de lo que iba el tema, aunque recomiendo buscar en la Wikipedia algo sobre él (interesantísimo...). Pensaba sobre la vida, sobre la necesidad del ser humano de aprender, de absorber el conocimiento, las modas, las costumbres, la cultura, el estilo... todo! El ser humano nace como una "tabla rasa", recién pulida y lista para ser decorada.

La gente con la que convivimos día a día desde pequeños nos hacen conformar nuestro carácter, nuestra visión del mundo, nuestras expectativas e, incluso, nuestros sueños. Si todos los que nos rodean dejan un granito de arena en nosotros (a pesar de que te guste o no, así es) eso significa que "yo" soy "todos" y, en ese caso, qué entenderíamos por "personalidad"? Sería algo así como nuestra forma de adaptar todas estas aportaciones exteriores a nosotros para crearnos nuestra identidad (que en el fondo, es copiada de 1000 fuentes).

Ya que nadie es original en ese aspecto, pongamos un matiz interesante. Hemos llegado a la conclusión de que nadie es "original" porque su personalidad es un "corta y pega" de las personalidades de los demás. En cierto modo, las proporciones de personalidad que cojamos de las diversas personas influirán en el resultado final (cual ingredientes de un pastel de chocolate), pero aquello que nos hace realmente genuinos son nuestras experiencias.

La vida es como un trozo de papel pinocho: liso, suave, fácil... Ahora bien, llega el hombre y comienza a arrugarlo, rasgarlo, romperlo... es decir, lo hace feo, abrupto y complicado. Cada arruga en el papel nos representará un reto, un desafío, una muesca en nuestro carácter. Nos ayudará a crecer, a ser más fuertes, nos hundirá en el pozo más hondo, nos sacará una sonrisa al recordarlo, o lloraremos desconsolados... pero eso sí, nos formará la personalidad.

Por ello tal vez no sea el mejor remedio olvidar todo aquello que nos ocurre. Aquella vez que lloré, aquella vez que grité, o cuando me aguanté la rabia que sentía, aquella vez que no pude más... Todo ello nos ha construido, nos ha convertido en lo que somos, como pequeñas cinceladas en roca. Somos lo que somos gracias a lo que vivimos, a lo que sentimos, a lo que nos pasa.

Reflexión de hoy: si pudieras olvidar, no todo, pero algunas de las cosas "malas" que te han ocurrido en la vida... ahora mismo serías tú?


aNa

viernes, 31 de octubre de 2008

Ensayo sobre la inutilidad

Cada día que cruzo la puerta de la Universidad me planteo el hecho de que tal vez todo lo que hago ahí dentro no sirve para nada.

En tres años de carrera, Magisterio Musical, me he dado cuenta de que las asignaturas que realmente van a aportar algo a mi vida como futura maestra (ojalá no acabe así) han sido tan escasas que se podrían contar con los dedos de una mano... Es más, incluso con la mitad de ellos.

Nombres tan variopintos como "Nuevas tecnologías aplicadas a la educación", "Agrupaciones musicales", "Formación vocal y auditiva", "Teoría de la educación", "Teoría de las Instituciones Contemporáneas en Educación", "Educación medioambiental", "Matemáticas y su didáctica", "Conocimiento del medio natural, social y cultural" y una sarta de asignaturas catalanistas repetitivas conforman un montón de horas lectivas perdidas de la manera más estúpida, de las cuales no hemos obtenido nada, repito, NADA, que nos sirva en nuestra futura profesión (a qué alumno hay que enseñar a dividir en base 7, hacer grabar cortos violentos, saber lo que es la Agenda 21, o que decir "orto" no es nada escatológico).

Por otro lado, de las asignaturas realmente destacables, la mitad son mera teoría que, a la hora de la verdad, no nos van a servir de nada delante de una clase de 30 niños, y la otra mitad se quedan cortas en cuanto a contenidos y objetivos (4'5 créditos de Lenguaje Musical y 6 de catalán? a qué jugamos señores?).

Mi carrera es deficiente, no sé si el resto de diplomaturas de Magisterio estarán en las mismas, pero necesitaríamos ya una reforma radical de todo el sistema educativo y de formación del profesorado, para ver si así conseguimos que esos pequeños salvajes que los padres nos dejan en los centros escolares sin educar prácticamente, consigan terminar la Educación Primaria como proyectos de personas con unos valores y unos conocimientos acordes a lo que todos esperamos de ellos.


Me voy con mi indignación a la cama...



aNa


PD/ Marc... cómo me hago seguidora de tu blog? Aún no controlo esto, jajajajaja.

jueves, 30 de octubre de 2008

Decidir

Siempre se ha dicho en esta vida que de los errores se aprende. Y ahora, seamos sinceros. ¿Alguien ha aprendido algo de equivocarse? No me refiero a estupidas decisiones banales, sino a cosas realmente importantes.

En ese estado de duda, en el que las posibles opciones se presentan delante tuya como un colorido abanico de posibilidades. Cuando por fin te decantas por un color, decides que otro te atrae más en ese momento. Cuando haces lo contrario, descubres otro nuevo y maravilloso. Siempre se producen cambios, modificaciones ambientales y de carácter que condicionan nuestro color, nuestra decisión.

Y siempre queda el miedo a equivocarte. Ese miedo que decide tu vida, que no sólo te incumbe a tí, sino que involucra a las personas de tu alrededor. Es un pánico que te mantiene intranquila, que te quita el hambre y el sueño, que te hace plantearte lo que quieres, lo que has tenido y lo que necesitas.

El miedo a equivocarte, a tomar la decisión incorrecta, a pensar que en el futuro tal vez te arrepientas, a plantearte tu vida desde el temido "y si..."... ¿por qué es tan difícil librarnos de él...?

Sólo en el momento en que se te plantean estas decisiones comienzas a ver el verdadero entramado de la vida. Todas aquellas cosas que antes no tenían importancia la recobran de repente. Recuerdas mínimos detalles de existencia, grandes momentos inolvidables, insignificantes notas de color... Un gran universo que se abre ante nosotros, de ideas infinitas, de telarañas en las que se cuelgan nuestros recuerdos y nuestros deseos.

Tal vez puedas esmerarte en buscar una salida a toda esa oscuridad. Tal vez incluso puedas evadirte de todo ello, aislándote en una burbuja en la que el tiempo pasa más lento que para los demás, en la que los recuerdos y las decisiones no duelen, porque no tienen sentido. Yo no puedo hacerlo, y aquí sigo, con mi pánico a equivocarme, con mi incapacidad de decidir.


Una vez dije que si la vida no fuera tan complicada, sería muy aburrida... qué frase tan estúpida...


aNa

miércoles, 29 de octubre de 2008

¿Por qué?

Tal vez no sea lo más práctico, o lo más útil.

Tal vez a nadie le importe lo que tenga que contar, o nadie conteste a mis preguntas, o nadie lea mis palabras.

Tal vez mis textos sean incoherentes, irónicos, provocadores o desafortunados.

Tal vez sólo espero ordenar mis pensamientos, plasmarlos en un sitio, tratar de que fluya lo que tengo dentro de mi cabeza y que quede constancia de ello.

Tal vez sólo hago esto para que nadie me olvide.

Tal vez lo hago para que alguien me recuerde.

Welcome to the Jungle...